Los primeros acusados son sus dirigentes, principalmente la gestión de José María Aguilar y luego la de su actual sucesor Daniel Alberto Passarella. Uno acusado de corrupto y el otro de incapaz, respectivamente. No vamos a ahondar en los desempeños económicos durante sus gestiones, ya que nadie hasta el momento presentó datos concretos sobre esos números. Pero sin dudas esta es la base de todo el problema que atraviesa al club.
En segundo lugar aparecen los directores técnicos. Desde Simeone, campeón y también último, pasando por Gorosito, Cappa y J.J. López, ninguno fue capaz de hacer jugar a River con la suficiente regularidad como para evitar lo que se venía insinuando: la lucha por no descender, algo ya de por sí impensado en la institución de Nuñez.
Después los jugadores, quienes se empecinaron en sumar problemas. Tal es el caso de Ortega, con su falta de profesionalismo, y de Carrizo, con sus imprudentes y arriesgadas actuaciones en el arco. Seguramente hubo además bajos niveles individuales en la gran mayoría de los jugadores que pasaron por el club en estos últimos años y ,tal vez, una mala preparación física que se evidenciaba en los malos segundos tiempos del equipo.
Por último tenemos a los hinchas, a los que habría que dividir en dos. Por un lado, la barra brava y sus enfrentamientos internos, pujando por el poder dentro del club para quedarse con infinidad de negocios, y por el otro el hincha común. QUE NO ES INOCENTE. Veamos por qué.
SOBERBIA es la palabra clave. SOBERBIA para creer que en serio eran lo más grande y que jamás les iba a suceder "eso de descender". SOBERBIA para ignorar los avisos que se les hacían para que tomaran conciencia de que peleaban por evitar la promoción. SOBERBIA para pensar, hasta pocas fechas antes del final, que iban a salir campeones (!). SOBERBIA para desconocer todo lo referente a la B Nacional ( jamás miraron un partido de esos). SOBERBIA en creer que pasaban fácil a Belgrano en la promoción.
Lo peor es que la SOBERBIA continúa, al decir que van a estar 1 año nada mas en la B y luego vuelven porque "River es demasiado grande" (?). Y los ejemplos de SOBERBIA son tantos que podría gastar las letras de esa palabra en el teclado.
Sepan que para afrontar un torneo tan duro como la B Nacional hay que empezar a pensar y actuar justo de la manera contraria, es decir con HUMILDAD. Quizás de esa manera River pueda volver a ser el equipo grande que dicen todavía ser.
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