Sin dudas materia prima hay, aunque siempre hace falta un empujón extra para triunfar en los medios. Sin querelo, su novio Walter Busse, la catapultó a la fama. Claro, de una manera muy poco convencional.
Resulta que el jugador de Independiente decidió, junto a su hermano, tener una aventura con 2 señoritas que conocieron mientras disfrutaban de una noche de casino (!). Las llevaron a su departamento y estas dos mujeres, hasta el momento fáciles presas, se convirtieron súbitamente en cazadoras. Drogando a estos dos desprevenidos e inocentes muchachos, procedieron a desvalijarle la vivienda, llevándose incluso al perro.
Todo salió pronto a la luz, ya que el jugador no pudo presentarse al entrenamiento habitual del día siguiente. Aún bajo los efectos de la potente droga, Walter contó sin pudor lo ocurrido en cuanta nota le hicieron.
Ella quizo matarlo y mas tarde lo perdonó, pero la relación ya estaba demasiado dañada como para continuar.
Ahora llega el tiempo de ella, de las fotos en las revistas y de los contratos para bailar por un sueño (todavía no, pero se barajó esa posibilidad). Por eso, cuando nos ocurra algo malo, pensemos en la historia de Solange y Walter, y tal vez una luz de esperanza se encienda en nuestro interior.
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ResponderEliminarun saludo
Pablo