Jonathan Maidana, ex jugador de Boca, convierte el único gol del partido, con el que River venció a su máximo rival. Esta es una de las "leyes" del fútbol que más se cumplen, a diferencia de otras como "técnico que debuta gana" o "dos cabezazos en el área son gol", de irregular eficacia.
Con este golpe de cabeza perfecto, de pique al suelo ( imposible para los arqueros ), el equipo millonario logró una ventaja que nunca temió perder. Boca no tuvo llegadas, ni actitud, ni nada que insinúe peligro alguno para el arco de Carrizo.
Maidana festejó tranquilo, "con respeto", según sus propias palabras. Demasiadas consideraciones teniendo en cuenta que el surgió de Los Andes y no del club xeneize. Poco importa eso para el hincha común de River, que festejó a lo loco después de tantas frustraciones y con la soga al cuello como la tiene con el tema del descenso. ( Está en zona de Promoción, aunque cada vez más cerca de Huracán, a sólo 3 puntos).
El peor escenario lo vive Boca, con la renuncia del Bichi Borghi y un panorama desalentador. No tiene juego, no tiene marca y, lo más grave, no tiene aquella garra que siempre lo caracterizó, más aún en estos partidos de súper clásico. Riquelme no acusó recibo desde sus declaraciones al finalizar el encuentro, desestimando toda acusación en contra de su equipo. "El partido fue parejo", "Ellos tuvieron suerte", dijo Román con una miopía tan grande como la soberbia que tiene todo el club. Si siguen así, serán ellos también quienes peleen por evitar el descenso, el año que viene.
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