Maradona había jugado un partido brillante, no tanto por el nivel mostrado, ya que por supuesto ha tenido encuentros mucho mas grandiosos que este, sino mas bien por la entrega, el espíritu y las ganas que contagiaba. Tan así fue que Argentina logró dar vuelta un resultado adverso ante una sorprendente Nigeria, con dos tantos de Caniggia. Fue emocionante ver al Diego correr mas que nadie, incluso en los últimos momentos del partido.
Claro que este sospechoso final no podía pasar desapercibido y eramos muchos (no sólo la gordita que lo lleva de la mano) los que pensábamos "uh, este se la tomó toda". No vamos a analizar aca si la droga es realmente eficiente para el rendimiento deportivo, ya que en todo caso habría que ver cual de ellas lo es, y hasta que punto Diego lo hizo con ese fin. La efedrina encontrada parece ser apenas una excusa de la FIFA para sacar al astro del mundial. Algunos dirán que se hizo justicia. Otros podrán observar lo llamativo de que una enfermera valla a buscar a un jugador dentro del campo de juego, cosa que jamás se vio ni antes ni después.
Los argentinos pasamos de la sorpresa al odio. Algunos contra la FIFA, otros contra Maradona. Divididos en la opinión pero unidos en la sensación de tristeza. Como nunca hasta entonces habíamos creído en esta selección y la frustración fue tan grande que hasta el equipo mismo lo sintió. Perdió los dos siguientes partidos y se fue del torneo en octavos.
Estaba para comerse el mundial y terminó de la peor manera. El sueño de todos los argentinos de ver a Maradona levantar una vez mas la copa del mundo, rodeado de todas las grandes figuras que componían ese equipo, quedó en el olvido para siempre. La célebre frase "me cortaron las piernas" pronunciada por Diego poco después, quedó marcada a fuego en la mente del hincha y seguramente lo remitirá a una de las mas tristes jornadas del fútbol argentino. O dicho de otra manera, el peor día de la historia.
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